(2) NO TE MUEVAS, de Sergio Castellitto.

ENTRE ESPOSA Y AMANTE
Esta coproducción italo-española es la adaptación de la novela homónima de la actriz Margaret Mazzantini, esposa de Sergio Castellito, que ha sido un gran éxito editorial. Es también el segundo largometraje dirigido por el actor italiano, mucho mejor intérprete que realizador a juzgar por una puesta en escena generadora de una narración morosa, redundante y demasiado previsible que alarga su duración hasta las dos horas.
No te muevas ha suscitado polémica entre los críticos a la hora de ponderar sus virtudes y sus defectos. Yo me inclino a pensar que se trata de un melodrama con tendencia al folletín, a la fotonovela de viejo corte, con un desfile abrumador de crisis matrimonial, infidelidad, violación, embarazo, aborto, accidente de tráfico, coma, etc. un cúmulo de desgracias rodeadas por la amenaza de la muerte y por e remordimiento, sin que el realizador sepa trascender el material literario potenciando el contexto social o sintetizando el realto con la exquisitez estilística de un John M. Stahl o un Douglas Sirk.
Es indiscutible el buen hacer de los principales actores, dos de ellos -Sergio Castellito y Penélope Cruz- galardonados con sendos premios en Italia. Pero la historia del trio amoroso ofrece pocas novedades, pese al constante recurso a los flash-backs que van sacando a flote una antigua historia de amor, 20 años atrás, a partir de los recuerdos y confesiones de un hombre angustiado que evoca una pasión secreta generadora de tantas dudas como cobardías.
En el fondo, encontramos en la película la típica dicotomía entre seguridad y rutina conyugales, por una parte, y el fuego erótico y el riesgo de la relación ilícita, por la otra. Con la dualidad, que nunca deviene dialéctica, entre ricos y pobres, universitarios y proletarios, nacionales e inmigrantes, etc. en una especie de apología del amor interclasista e intercultural cuya discutible verosimilitud viene agravada por el accidente de la hija, que podría ser interpretado en plan moralista como el castigo divino al pecado cometido por el padre.
Y si la obra quiere retratar la hipocresía y las contradicciones de la falsa moral burguesa, veo una enorme ambigüedad en el punto de vista de la narración: el femenino reivindicativo de la novela frente al masculino depredador del film. En todo caso, un sentimentalismo elemental prevaleciendo sobre cualquier posibilidad de reflexión o de trascendencia.
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