(1) CATWOMAN, de Pitof.

LA MUJER GATO
Sin duda, el vertiginoso desarrollo de la tecnología digital ha hecho posible la eclosión de espectaculares adaptaciones al cine de multitud de personajes del cómic, demostrando la cada vez más estrecha relación, una especie de simbiosis, entre estas dos manifestaciones culturales, si bien, en el caso del cine especialmente, la expresión artística y la búsqueda de significado es sustituida, con alevosía, por el discurso espectacular y emocional y el siempre presente interés económico. Tema aparte merecería la reflexión de si esta tendencia a adaptar cómics a la gran pantalla supone una redefinición y renovación de viejos iconos e imágenes culturales con el consecuente negocio o simplemente una evidencia de la grave crisis de ideas de un Hollywood incapaz de crear ideas originales para el cine. En todo caso se trata de una tendencia que no parece que vaya a desaparecer debido a la cantidad de millones que están ingresando las productoras, las editoriales y los autores de los personajes del cómic, sin hablar de la larga lista de próximos estrenos y proyectos en marcha de más personajes de los universos Marvel y DC, los más conocidos para el público en general.
En el caso que nos ocupa, Catwoman supone la readaptación —una especie de «reborn», «begins» o «ultimates», tan abundantes en estos tiempos— del personaje creado en 1940 por Bob Cane y Bill Finger, The Cat, seudónimo de Selina Kaye. Un personaje secundario que nace en las páginas de «Batman» y que por su originalidad, su compleja relación con el héroe y su poderoso y evidente atractivo (físico y demás), le convierten en la protagonista de su propia serie. En Batman vuelve apareció quizá la versión más cercana al cómic, con una misteriosa y desbordante Michelle Pfeiffer, en la gótica adaptación del hombre murciélago de Tim Burton.
La actriz Halle Berry da cuerpo, y nunca mejor dicho, a la mujer gato en este film plagado de efectos especiales, luchas interminables y referencias mitológicas, pero también con un argumento tan repetido que realmente no aporta nada nuevo. Catwoman nace tras el asesinato de su alter ego Patience Phillips, que tras su milagrosa conversión en un ser humano con impresionantes capacidades felinas, decide vengarse contra sus verdugos. Una vez más la venganza es el motor de una historia que peca de excesiva sencillez, por lo que añaden una subtrama romántica entre ella y el detective Tom Lone, interpretado por Benjamín Bratt, que crea cambios bruscos de ritmo, posiblemente para alargar un poco más el metraje.
Quizá sea mi humilde condición de lector de cómics lo que me haga muy exigente a la hora de valorar estas adaptaciones cinematográficas. Considero que una película difícilmente podrá alcanzar la complejidad, la solidez y mucho menos la atracción del cómic original, ya sea por fidelidad al medio que le dio vida o por la dificultad de resumir tantas aventuras, vivencias y experiencias en papel en dos horas de película. Y no es que no hayan ejemplos de buenas adaptaciones, como el clásico Superman de Richard Donner, el Batman de Tim Burton o el Hulk de Ang Lee.
No obstante, creo que Catwoman va a satisfacer y a entretener a los amantes del cómic y a los que, simplemente, desean divertirse un rato con un film lleno de escenas de acción protagonizado por una actriz que se ha merecido el puesto. Hasta la próxima adaptación.
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