(2) EL PRECIO DE LA VERDAD, de Billy Ray.

MENTIROSO COMPULSIVO
Distraída cinta que narra el caso real de un joven y ambicioso periodista que inventó total o parcialmente 27 de los 41 artículos que escribió para el prestigioso periódico «The New Republic» de Washington DC. Este suceso, ocurrido a finales de los 90, durante el mandato de Bill Clinton, supuso una auténtica conmoción social ya que puso en tela de juicio la credibilidad de los medios estadounidenses.
El precio de la verdad se olvida de profundizar en la figura de Stephen Glass, el personaje protagonista y de los periodistas que le rodeaban, tanto sus compañeros de «The New Republic» como los que le descubrieron sus mentiras. Una lástima, pues la compleja psicología de Glass —enfermiza tendencia a la fantasía, necesidad de conseguir la aprobación de los demás, maestro en evadir responsabilidades, adulador, etc.— y las relaciones que establece con el resto de compañeros de trabajo darían mucho juego. El film se centra más en el proceso por el cual Glass fue denunciado por un periódico electrónico por sus mentiras —lo cual proporcionó a estos medios on line un reconocimiento extraordinario— e, incapaz de probar su inocencia, fue fulminantemente despedido. Sin poder volver a trabajar en el periodismo —evidentemente nadie quería contratar a un mentiroso, ya que supone una gravedad comparable a que un juez prevarique— encontró en la literatura su verdadera vocación, escribiendo con éxito una novela sobre un periodista que se inventa reportajes para conseguir prestigio, es decir, sobre su propia experiencia.
Billy Ray se estrena en la dirección cinematográfica con un film correcto en sus formas e incisivo en el contenido, incluyendo una reflexión sobre la importante función de la profesión y a la vez sobre su mal uso y las consecuencias que acarrea. Como guionista de películas como El color de la noche o Volcano no había demostrado su valor, incluso recibió una nominación al Razzie (los anti Oscar) al Peor Guión, pero por El precio de la verdad ha recibido una nominación a los Independent Spirit Awards. Toda una revalorización.
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