(1) HERO, de Zhang Yimou.

LUCHAS ACROBÁTICAS
Una gran decepción me ha producido la visión de Hero, acostumbrado como estaba a maravillarme ante algunas obras de Zhang Yimou, que en esta ocasión ha pasado de relatar delicadas historias intimistas a un género de acción como el épico, dominado absolutamente por las artes marciales, con un film que sigue las pautas temáticas y estéticas trazadas por Tigre y dragón, un producto que tan buenos resultados económicos cosechó en las taquillas de medio mundo.
Pero lejos del lirismo y el sentido de la aventura de su modelo, Hero se inclina por potenciar especialmente las luchas entre tres guerreros cuya precisión, potencia y valor en el manejo de la espada fueron proverbiales según una leyenda que los sitúa en el siglo II antes de nuestra era, cuando el primer emperador chino logró unificar el país tras vencer y dominar a los otros seis reinos rivales.
Pese a que Zhang Yimou haya declarado su intenció de renovar un género subordinado a la idea de la venganza, sustituyéndola por una moraleja de signo pacifista, lo cierto es que su experta mano sólo se nota en la corrección de los encuadres y en el imaginativo uso de los colores. Lo que se nos ofrece es una historia fraccionada, según los distintos puntos de vista narrativos, en la que verdad y mentira aparecen confundidas, pero donde en realidad todo está subordinado a la espectacularidad de las peleas, verdaderos ballets aéreos que desafían a la gravedad gracias a las posibilidades técnicas digitales, facilitadas por la animación por ordenador.
Insuficiente atención al contexto histórico, personajes demasiado elementales, arbitrariedad de las situaciones y sentencias filosóficas de baratillo son algunos de los elementos que han determinado mi escaso aprecio por esta película.
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