(2) LA FIESTA, de Manuel Sanabria y Carlos Villaverde.

DESMADRE A LA ESPAÑOLA
Con un presupuesto mínimo (6000 euros, cuando el presupuesto medio de una película en España es de millón y medio) y contando con un joven pero entregado equipo técnico y artístico (la media de edad era de 24 años), La Fiesta se ha convertido en un ejemplo de esfuerzo recompensado o sueño cumplido para sus dos realizadores, los también jóvenes Manuel Sanabria y Carlos Villaverde, amigos de la escuela de cine. El resultado de año y medio de preparación del guión, tres semanas de rodaje y cinco meses de posproducción es una delirante comedia juvenil que, como no podía ser de otra manera, refleja acertadamente aunque sin poder evitar ciertos tópicos y generalizaciones, la forma de vida de los universitarios españoles. La película narra las peripecias de tres compañeros de piso que invitan a unos amigos a una fiesta y se desencadena una serie de enredos, encuentros inesperados y situaciones cómicas que les cambiarán para siempre. Esta fiesta les permitirá conocerse mejor, sacar al exterior sentimientos profundos y en cierta manera madurar y ver las cosas desde otro punto de vista.
Y es que no sólo se observa la influencia de diversas comedias desmadradas de los 80’s de EEUU, consideradas ya clásicas por sus seguidores, como son la saga de Porky’s o el film Desmadre a la americana, sino que también reproducen satisfactoriamente el estilo fresco, ingenioso y espontáneo del cine independiente de directores como Kevin Smith. Así, no pude evitar recordar películas como la fantástica Clerks, del citado director, o, ya en Europa, Una casa de locos, de Cédric Klapisch.
Sanabria y Villaverde se aprovechan de los espectaculares avances tecnológicos en materia digital de cara a la filmación, montaje y tratamiento de la imagen para conseguir un producto con unos mínimos de calidad y de coste. No obstante, el ritmo es irregular y se decanta por el tono escatológico-vulgar frente a un análisis más o menos riguroso, siempre interesante, de los personajes. Como contrapartida, destacar los ingeniosos diálogos que implica cierto conocimiento de la psicología humana, las curiosas pero reales situaciones que ocurren entre los jóvenes y una banda sonora a tener en cuenta. Concluyendo, una divertida película que demuestra que es más importante tener una idea o saber contarla que disponer de mucho dinero pero sin saber qué hacer con él.
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