(3) LAS MALETAS DE TULSE LUPER. LA HISTORIA DE MOAB, de Peter Greenaway.

OBJETOS QUE REPRESENTAN EL MUNDO
Presentado en la selección oficial de Cannes 2003, el último trabajo de Peter Greenaway es el primero de los tres largometrajes que se ocuparán, en clave de ficción, de reconstruir parte de la historia del siglo XX, desde 1928 a 1989, sesenta años que abarcan desde el descubrimiento del uranio a la caída del Muro de Berlín y el final de la Guerra Fría. De momento, las aventuras del protagonista, el artista y escritor Tulse Luper discurren por diversas cárceles -metáfora de una vida sin libertad- desde el barrio obrero galés a la Bélgica de la II Guerra Mundial pasando por el desierto de Moab en Utah, bajo la amenaza respectiva de un padre autoritario, los mormones y los fascistas.
Las maletas de Tulse Pulser. La Historia de Moab es un ambicioso proyecto multidisciplinar que incluye tres películas, varios DVD, una serie de TV, páginas en Internet, una exposición itinerante y libros, todo ello relacionado con maletas, cárceles y 92 objetos que representan el mundo propuesto por Greenaway en un relato abierto, tan desconcertante como lleno de fascinación, cuyo tono radicalmente conceptual y antinaturalista provocará posiblemente más de un desconcierto e incluso abandono de la sala.
La obra fílmica del cineasta galés no admite indiferencia sino entusiasta adhesión o airado rechazo pues utiliza el lenguaje del video-arte multidisciplinar para canalizar una singular mezcla de expresiones culturales y de lógica matemática en una síntesis expresiva dirigida al logro de un genuino cine experimental y de vanguardia en el que ni los personajes ni los sentimientos constituyen ya el eje de la narración sino una serie de objetos cuya presencia sistematizada determina la dirección en que se mueven los pensamientos del autor.
Literatura, cine, TV, pintura, escritura, fotografía, instalaciones, series aritméticas… son terrenos artísticos transitados por un cineasta que intenta poner orden en un universo caótico, consciente de la imposibilidad de su empeño. Presos y carceleros, en papeles y funciones intercambiables, trazarán una peculiar historia del siglo XX, en la llamada “era atómica”, con sus angustias, conflictos y amenazas, en un relato itinerante marcado por los incesantes viajes del protagonista cuyas peripecias nos remiten a las figuras emblemáticas de Kafka y de Becket, y en las que la constante presencia de prisiones designa tanto espacios físicos como reductos simbólicos: la libertad condicionada por factores psíquicos como la ambición, la sexualidad, la violencia y el fanatismo.
Muchos alegarán que se trata de un film pretencioso y falto de una mayor coherencia, con un personaje central demasiado vaporoso e inconcreto. Un producto, en suma, dominado por un formalismo vacío y por una retórica que ahoga toda capacidad de reflexión. La polémica está servida. El espectador tiene la palabra.
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