(3) ERES MI HÉROE, de Antonio Cuadri.

AÑOS TURBULENTOS
El niño como testigo y víctima de los acontecimientos históricos es una referencia bastante frecuente en el cine español. Ya estuvo presente en El espíritu de la colmena (1973), de Victor Erice, y en El viaje de Carol (2002), de Imanol Uribe. En esta ocasión el segundo largometraje de Antonio Cuadri, basado en un guión plagado de evocaciones autobiográficas, es un relato sustentado narrativamente por el punto de vista de su protagonista Tamón, el actor infantil Manuel Lozano, que debutó en La lengua de las mariposas (1999) de José Luis Cuerda, quien es testigo en Sevilla de los turbulentos años de la transición democrática, desde la agonía y muerte de Franco a la presidencia de Arias Navarro y Suárez.
No hay en el film una visión complaciente de esos años difíciles que representan el paso de la infancia a la adolescencia, con el proceso de crecimiento tanto fisiológico como mental a través del cual se descubren, dolorosamente a veces, nuevas realidades en torno al amor y al sexo, la amistad, la escuela, la familia y la política. Eres mi héroe constituye, pues, una metáfora de una etapa de cambios tanto en el orden personal como colectivo, con un magnífico estudio psicológico de la personalidad adolescente; llena de ignorancia, complejos e inseguridades; además de retratar sin al complaciencia falseadora de ciertas series y documentales la realidad social y política de finales de los años 70, cuando sólo una minoría de ciudadanos se comprometía y arriesgaba luchando por las libertades democráticas mientras la mayoría silenciosa permanecía temerosa a la espera de acontecimientos, instalada confortablemente en medio de la represión, las mentiras y el pequeño confort consumista servido por la dictadura franquista.
Rodada en barrios castizos sevillanos de Santa Cruz y Triana, se nota en el film un considerable esfuerzo para reconstruir dignamente la ambientación de esos años, incluyendo la manipulación digital en la creación de algunos planos.
Eres mi héroe es un relato donde predomina el estilo naturalista, de crónica de costumbres, enriquecido por elementos fantásticos como es la presencia mágica del indio, un símbolo producto de la imaginación del protagonista que nos habla de lucha y de supervivencia en tiempos adversos, quien junto al cura progresista serán los factores esenciales que ayudarán al pequeño Ramón a tomar conciencia y a superar las situaciones, pese a la derrota personal que representa haber desobedecido al lema autoimpuesto de “no pelear, no delatar y no llorar”.
Película recomendable, que podría convertirse en uno de los éxitos de la temporada, que destaca también por una banda sonora llena de canciones de la época y de la que yo destacaría el impacto dramático y emotivo de una escena espeluznante: la tortura-interrogatorio del niño a cargo de dos profesores fachas. No se la pierdan.
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