(3) LA FIEBRE DEL LOCO, de Andrés Wood.

FRUTOS DEL MAR
Tercer largometraje del chileno Andrés Wood, una coproducción entre Chile, México y España, que se ha presentado en varios festivales de cine con notables éxitos y reconocimiento. Se trata de un drama rural ambientado en un pequeño pueblo pesquero del sur de Chile, Puerto Gala, donde una vez al año el gobierno levanta la veda del loco, un apreciado molusco en vías de extinción que alcanza precios astronómicos gracias, sobre todo, a las propiedades afrodisíacas que le atribuyen los consumidores japoneses.
El film describe, de manera coral, un universo sin ley ni orden similar al presentado por el western estadounidense, con la avalancha de aventureros y marginados que llegaron atraídos por la fiebre del oro. Así pues, en medio de unos paisajes de gran belleza natural pero también inhóspitos por la dureza del clima y la falta de comodidades, sus habitantes ven alterada su tranquila existencia cotidiana con la llegada de pescadores, mercaderes y prostitutas atraídas por el señuelo del enriquecimiento fácil y rápido. La codicia será, pues, la pasión generalizada que provoque la tragedia, corrompiendo relaciones de amistad y de amor y de sexo.
La fiebre del loco participa de todas las virtudes del cine independiente con voluntad de realismo costumbrista y destaca especialmente por el buen pulso narrativo, sobrio y certero, de su realizador en la descripción de los tipos humanos, retratados con cuatro rasgos esenciales pero perfectamente coherentes y verosímiles, con una mezcla de instintos, ilusiones y generosidad cuyo catalizador es un personaje singular, el Padre Luis, un sacerdote que desde su emisora local de radio informa, distrae y reconforta a sus feligreses y oyentes en general.
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