(3) SPIDER, de David Cronenberg.

DENTRO DEL LABERINTO
Thriller psicológico basado en un guión de Patrick McGrath, autor también de la novela original, Spider sitúa el relato en dos momentos distintos, en el East End londinense, donde un hombre se aloja en una pensión tras salir del manicomio en espera de la libertad definitiva. La posible dificultad de lectura de este film radica en la ambigüedad de su punto de vista narrativo que, como en el caso de David Lynch, es asumido a veces por el propio director, con una cámara objetiva que propicia el mecanismo de identificación del espectador, aunque otras lo que vemos en la pantalla es producto de las fantasías y delirios de personajes trastornados, psicóticos y esquizofrénicos. Por eso lo que contemplamos puede ser verdad o mentira.
Como Bergman en Fresas salvajes, el canadiense Cronenberg reúne en el mismo plano al protagonista como niño y como adulto, fundiendo pasado y presente en un relato que es una vuelta atrás, distorsionada y confusa, a un tiempo y a un lugar determinados para reconstruir en el recuerdo unos terribles sucesos. El cuadernillo de notas de Spider es un imposible ejercicio de memoria, incoherente e ilegible, mediante el cual un loco intenta ordenar en vano sus vivencias, en una mezcla caótica entre lo real y lo aparente, lo cierto y lo imaginado, lo verdadero y lo inventado.
Algunos han señalado la influencia de Samuel Beckett y se Sigmund Freud en un film como éste donde lo inquietante y lo claustrofóbico se conjugan para expresar lo absurdo de la condición humana y los laberintos misteriosos de la mente materializados simbólicamente en esa tela de araña que atrapa y protege, que alimenta y mata al mismo tiempo.
Intriga, horror, tristeza y desolación en una película donde una cámara rigurosa y unos actores excelentes propician un viaje al fondo de una mente enferma, resultado quizá de un Complejo de Edipo no resuelto: el padre visto como malvado rival en el amor de la madre. Un film que recrea magistralmente el reino de la subjetividad empleando los recursos expresivos de forma minimalista, estilizada al máximo, con gestos, objetos y frases reducidos a lo estrictamente imprescindible. Relato austero, sobrio y conciso que sabe crear un clima fantástico que nos recuerda la inhóspita y solitaria ciudad de Voces distantes, a lo que contribuye la funcional y discreta música de Howard Shore.
Spider es un film bastante insólito, a contracorriente, lleno de méritos y aciertos que interesará sin duda a los cinéfilos.
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