(2) DER MÖRDER / EL ASESINO, de Ottokar Runze.

UN BURGUÉS ATORMENTADO
Adaptación de una novela de Georges Simenon, El asesino es un film policíaco en el que la intriga es inexistente y donde la investigación criminal ocupa un lugar muy secundario. Desde el primer momento conocemos la identidad del asesino y lo que de verdad interesa es la psicología del autor del delito, sus motivaciones y la minuciosa descripción del entorno humano, un pequeño pueblo holandés habitado una galería de seres bastante mezquinos, comunidad en la que el asesinato será el elemento que viene a perturbar su aparente calma, desenmascarando las miserias de los ciudadanos y propiciando la dramática evolución de la personalidad del protagonista.
Ambientado en los años 20, el relato nos describe con detalle la personalidad de un médico que, alertado por una carta anónima, decide matar a su esposa infiel y al amante de ésta. Hombre tradicional, machista y autoritario logrará quedar impune pero no podrá soportar el peso del remordimiento, como fílmicamente se expresa mostrando su tormento al ver su imagen reflejada en los espejos.
Pese a que ni la policía ni los vecinos pueden culparle del crimen por falta de pruebas concluyentes, su malestar interior le empuja a un declive personal y profesional que acabará provocando el rechazo generalizado.
El mérito del escritor y del realizador no es, pues, el haber creado una intriga llena de misterio y suspense, sino el haber desnudado un alma humana tan compleja como digna de compasión. La realización es fruto de una correcta utilización de la gramática fílmica pero sufrimos en exceso la pesadez germánica de una narración agobiante en su ritmo que nos hace añorar las dosis de ironía y sutileza que Chabrol supo inocular a sus inteligentes adaptaciones de Simenon.
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