(0) DOS PARA JUGAR, de Mark Brown.

GUERRA DE SEXOS
Típica comedia de enredos amorosos que cuenta la estrategia que sigue una joven y hermosa mujer para castigar a su novio y posteriormente reconciliarse con él tras haberle pillado bailando con otra. La protagonista se dirige continuamente a la cámara haciéndonos cómplices y testigos a los espectadores de los hechos que acontecen y nos da una clase magistral llena de tópicos sobre la naturaleza del hombre y de la mujer. Nada nuevo sobre el tan explotado tema de la guerra de sexos que, no obstante, refuerza el machismo reinante con afirmaciones sobre la infidelidad del hombre (no dicen nada sobre la de la mujer), su incapacidad de mostrar sentimientos, que sólo quieren sexo, que son monstruos obsesos sin remedio… Esa superficialidad en el tratamiento de las relaciones personales, con la distinción sin matices de buenos y malos y la exaltación de sentimientos puros, así como personajes planos que no progresan emocionalmente, son elementos negativos que menoscaban el poco interés de un film que falla desde el principio hasta el fin.
En Dos para jugar se reflejan los cambios en los roles de relación social, sentimental y sexual que ha experimentado la pareja en los últimos años. Así, ellas son personas con trabajos importantes, independientes, materialistas y sofisticadas, liberadas sexualmente y ambiciosas, tipo «Cosmopolitan». Nada que objetar a no ser que ello implica que estas mujeres caen en los errores masculinos que tanto critican y suelen confundir la igualdad de género con la masculinización de la mujer. Un film fallido.
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