(2) TANGUY / ¿QUÉ HACEMOS CON EL NIÑO?, de Étienne Chatillez.

VIDA EN FAMILIA
Inspirado en un caso real en Italia, en la que una madre fue obligada por los tribunales a seguir manteniendo en su casa a un hijo de 31 años, el realizador galo Étienne Chatiliez ha limado la dimensión social de su película para elaborar una ingeniosa y divertida comedia en la que unos padres de buena posición económica trazan un estratético plan para hacer ingrata la vida de su hijo de 28 años y forzarle a que sea él mismo quien decida abandonar las comodidades del hogar familiar.
La dimensión satírica del film queda, pues, mermada por el hecho de que no resulte lógico el afán del educado Tanguy, que gana dinero de sobra para vivir emancipado, por desafiar el deseo de sus padres, cuando sabemos que los problemas reales de convivencia suelen derivar de situaciones de paro juvenil, trabajos precarios, drogadicción y viviendas infradotadas.
Cierto es que hace unas décadas el problema era el inverso: los hijos daban un gran disgusto a sus padres cuando decidían abandonar el hogar a los 20 años. Ahora, la falta de intimidad y de libertad de los progenitores puede alargarse en el tiempo con una compañía forzada no sólo por obligación legal sino por el egoísmo del retoño y también por una falta de madurez psicológica que impide asumir la independencia personal.
Se evita, pues, una visión demasiado corrosiva de la familia con esos padres cultos, ricos y liberales. La posible acidez inicial se va transformando en una crónica amable de costumbres hasta llegar a un desenlace en el que predominan incluso los buenos sentimientos.
Buenos actores, destacando Sabine Azéma y André Dussollier, algunos momentos brillantes y un final que se alarga y complica un poco artificialmente representan las luces y las sombras de un film que distrae y se ve con agrado.
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