(0) YO SOY SAM, de Jessie Nelson.

UN PADRE CONTRA EL SISTEMA
En un intento por alcanzar inimaginables cotas de sensiblería y buenos sentimientos, la directora y guionista Jessie Nelson contruye esta historia que narra la lucha de un deficiente mental y su abogada por conservar la custodia de su pequeña hija ya que el Estado lo considera incapacitado para ejercer de padre. Yo soy Sam reproduce todos los tópicos y los esquemas del cine más rancio y comercial de la poderosa industria de Hollywood: una historia simple pero cargada de emotivas escenas, unos personajes maniqueos que expresan sentimientos puros sin complejidades emocionales que pudieran desorientar al más despistado de los espectadores, un mensaje defensor del triunfo del amor y de la familia y un final totalmente forzado y gratificante.
Yo soy Sam es una película realizada a la mayor gloria de Sean Penn, único nominado para los Oscar (¿y qué pasa con Michelle Pfeiffer?), que intenta explotar el éxito de ese “subgénero” de películas protagonizadas por disminuidos psíquicos que, pese a las adversidades, logran las metas que se proponen gracias a estar dotados de una gran humanidad y bondad. Me estoy refiriendo a películas como Rain Man, Forrest Gump, Shine…
Un hecho que demuestra la debilidad de la historia es que el desenlace es resultado de un cambio de comportamiento injustificado y una omisión de información grave, lo que sucede cinco minutos antes de acabar la película. Es casi insultante semejante atentado a la credibilidad de la historia y a la debida consideración con el público.
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