(0) UNA MENTE MARAVILLOSA, de Ron Howard.

GENIAL MENTE ENFERMA
Pasmado me quedo tras comprobar que una película tan banal como la presente viene acompañada por una multitud de reconocimientos, galardones y nominaciones, pues se trata de un producto que sigue los modelos narrativos hegemónicos del más trillado y convencional cine hollywoodiense. El film está inspirado en un relato biográfico, no autorizado, escrito por Sylvia Nasar en torno a la figura de John Forbes Nash Jr., un experto en matemáticas que, a partir de los años 50, fórmulas lógicas operativas para explicar el aparente caos de la realidad, obteniendo el premio Nobel de Economía en 1994.
Seguramente la poderosa industria de cine USA no se hubiera interesado jamás en semejante personaje a no ser por su condición dual de enfermo y de genio, en este caso un esquizofrénico paranoide incurable cuya traumática trayectoria personal y profesional ha sido convenientemente falseada, edulcorada por el guionista Akira Goldsman, obviando su condición bisexual, su marcado antisemitismo y su divorcio, con el fin de crear un producto políticamente correcto y al alcance del conformista paladar de la mayoría del público.
Bien está que el film relacione las alucinaciones obsesivas del protagonista con su investigación para el gobierno durante la Guerra Fría, cuando el sistema veía rojos peligrosos —la era del McCarthismo— hasta debajo de las piedras, pero a cambio, se inventa el blando final feliz que prioriza los sentimientos frente a la pura razón.
Rodada en estricto orden cronológico, secuencia tras secuencia, la mayoría de ellas en escenarios naturales, Una mente maravillosa cuenta con buenos actores secundarios —Ed Harris, Christopher Plummer, entre otros.— pero creo que Russell Crowe cae en el vicio de abusar de tics y muecas sin control para denotar anormalidad y con la ilusión de alcanzar su segundo Oscar en vista de la debilidad de Hollywood por los personajes tarados, física y/o mentalmente, capaces de realizar hazañas sólo al alcance de unos pocos privilegiados, unos genios que, con esfuerzo, logran superar sus propias limitaciones materializando el sueño americano.
Película previsible, simplista, superficial, redundante y tramposa, Una mente maravillosa me sugiere un par de reflexiones: ¿queda algún atisbo de inteligencia y de cultura cinematográfica en esta galaxia llamada occidental? ¿Interesa algo más a los medios de comunicación que la propaganda, la promoción y las cifras de recaudaciones en taquilla?
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