(2) SUSPICIOUS RIVER, de Lynne Stopkewich.

ADICTA AL SEXO
El segundo largometraje de Lynne Stopkewich es una producción canadiense, adaptación de una novela de Laura Kasischke que, en cierto modo, recuerda las andanzas de Catherine Deneuve en Belle de jour (Buñuel), una burguesa metida a prostituta en sus ratos libres. Pero lo que en el maestro aragonés era puro juego, ironía y provocación, en Suspicious river es un tremendo drama protagonizado por la actriz Molly Parker, que ya destacó en films como Wonderland y Los cinco sentidos.
En esta ocasión, el personaje central es Leila Murray, la recepcionista de un motel de carretera víctima de un trauma infantil, impulsada por los recuerdos de una madre adúltera que han desatado en ella sus tendencias más autodestructivas. La película se presenta como un descenso a los infiernos de la degradación moral, aunque con final feliz, un itinerario caracterizado por la sordidez de las relaciones de Leila con los hombres, con una sexualidad enfermiza avocada al sadomasoquismo. La evocación del pasado se inicia mediante flashbacks pero pronto se hace presente y los recuerdos se entremezclan con los sucesos actuales gracias a la presencia de una niña que revive la misma historia.
Pero en Suspicious river casi todo resulta manido y superficial, no sólo por unos personajes demasiado esquemáticos en su maldad sino también por el carácter de la protagonista que se prostituye no sabemos bien si por afán de dinero o por la insatisfacción sexual provada por la indiferencia de un marido anoréxico. A una explicación psicoanalítica sin demasiada consistencia ni complejidad se une un tono moralizante, seguramente involuntario, y un excesivo pudor a la hora de sugerir las actividades degradantes de Leila, con abundancia de elipsis que excluyen toda imagen de contenido explícitamente erótico o violento.
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