(2) EL SUEÑO DE JIMMY GRIMBLE, de John Hay.

LAS BOTAS MÁGICAS
El debut en el largometraje de John Hay es una mezcla de drama social y comedia costumbrista, fórmula que logró el éxito en Full Monty y en Billy Elliot pero que aquí no acaba de funcionar de manera convincente. Con el tema de la humillación como eje del relato, el film centra su atención en los probelmas de su adolescente protagonista Jimmy: maltratado por alumnos agresivos, tímido e inseguro ante la muchacha que le gusta, inquieto ante los sucesivos novios de su madre y futbolista suplente que se bloquea en el campo y no pude desarrollar todas sus cualidades deportivas. Para colmo de males, es seguidor del Manchester City, el equipo pobre de la ciudad, frente al poderoso Manchester United, una metáfora de su condición de “perdedor”.
Fábula moderna y urbana, El sueño de Jimmy Grimble no alcanza la complejidad necesaria por culpa de unas ideas y unos sentimientos expuestos de forma excesivamente elemental y porque coexisten dos estilos narrativos que no terminan por encajar bien.
La película ha evitado cualquier tentación de miserabilismo, la foto y los decorados presentan colores cálidos y abundan los momentos divertidos basados en un humor irónico, por lo que los conflictos abordados (la inestabilidad familiar, la búsqueda de un padre, la violencia física y psíquica en el instituto, el primer amor, la inseguridad adolescente, etc.) nunca presentan una cara demasiado dramática ya que el proceso de maduración del chico se resuelve positivamente con la recuperación de la confianza en sí mismo y la superación de las dificultades, todo ello como desenlace de una especie de cuento de hadas que siempre domina sobre los planteamientos de una dura crónica social.
A destacar la presencia de buenos actores como Robert Carlyle, Ray Winstone y Gina McKee, además de Lewis McKenzie, protagonista elegido entre miles de aspirantes al papel. También podemos constatar en esta ocasión lo difícil que es integrar el fútbol en un relato de ficción. Los partidos rodados expresamente para este fin resultan poco realistas, inverosímiles, debido a la fragmentación de jugadas y de planos. El resultado es laa falta de rigor en los raccords que sitúan a los jugadores en el campo y que los relacionan con el balón.
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