(3) SHREK, de Andrew Adamson y Vicky Jenson.

SUBVERSIÓN PARA TODA LA FAMILIA
Esta inspirada animación es un ejemplo perfecto de cómo se puede trascender el maniqueísmo y el tópico asociado a los relatos infantiles para confeccionar un film vivo, moderno y sembrado de aciertos visuales y narrativos desde la subversión del género y el amor hacia el mismo. Shrek es una fábula renovada donde los héroes son reacios a la gloria y presumen de su condición de outsiders, las princesas prefieren reventar sus tópicos de cuento de hadas y practicar Kung Fu al más puro estilo Matrix, y Gepetto es capaz de vender a Pinocho por cuatro monedas de oro, todo ello sin perder jamás un hilo argumental de evidente clasicismo.
Subvertir los convencionalismos narrativos reelaborándolos con inteligencia es tan solo la punta del iceberg de una película realizada con corazón y cerebro, apoyado en una técnica prodigiosa que anuncia la llegada de un cine nuevo, lleno de posibilidades. Quizás Shrek nos ayude a definir mejor la revolución que la animación digital está experimentando, al tener el criterio necesario en el aprovechamiento de sus códigos lingüísticos cinematográficos. No solo es cine de dibujos animados sin complejos, es también un cine sin ataduras, iluminado bajo una gran paleta cromática, creado con deleite y que transmite una libertad creativa excelsa, al igual que hicieron con anterioridad otros films como Toy Story (1995), pero aumentando y corrigiendo sus posibilidades técnicas y narrativas.
El diseño y movilidad de los protagonistas se extiende al de unos secundarios construidos con oficio pero con menor esmero, sin embargo el resultado supera la calidad de la mayoría de las producciones similares. Shrek se incluye, pues, en la mejor tradición de un cine inteligente producido con frescura y madurez cinematográfica, que se puede apreciar desde distintos ángulos por una amplia diversidad de público: desde los niños hasta los más adultos. Sin perder su vocación de mainstreamm es capaz de hablarnos con honestidad desde un rigor profesional inequívoco.
Merece la pena, pues, sumergirse en sus imágenes despojados de prejuicios, y dejarse llevar por sus cualidades como producto de entretenimiento porque compensa con creces las expectativas que suscita.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.