(3) PLENO VERANO, de Tran Anh Hung.

TRES HERMANAS
Esta coproducción franco-vietnamita es el tercer largometraje de Tran Anh Hung y fue presentado en los festivales de Cannes y de San Sebastián. Como en otros films de similar planteamiento narrativo, la celebración del aniversario de la muerte de una madre es la ocasión que reúne a tres hermanas cuyas relaciones nos irán dejando ver tanto sus vínculos fraternales y de pareja como sus respectivas situaciones laborales.
Las imágenes comunican al espectador una fuerte sensación física: calor, lluvia, objetos, cuerpos, ropas, colores, comidas, etc. componen una especie de sinfonía de sensualidad y de poesía cotidiana que nos hace atisbar la vida como un devenir pausado y tranquilo, en la línea estilística de El río (1951) de Jean Renoir, un cine contemplativo que se sirve de los prolongados silencios y miradas, de los planos de larga duración, de los tiempos dramáticamente muertos y de una banda sonora cuya música no subraya acción alguna sino que sirve de comentario lírico a los sentimientos y pensamientos de los personajes, dotándolos de una apreciable carga emotiva.
Muchas de las experiencias personales de las actrices fueron plasmadas en la película, cuyo núcleo temático reside en el progresivo descubrimiento de las ocultas preocupaciones de las protagonistas femeninas; sus relaciones de pareja no son tan idílicas como pretenden aparentar a imitación de la de sus padres ya fallecidos, sino que atraviesan momentos delicados que irán desvelando mediantes púdicas confesiones a sus hermanas, una vez superada la necesidad de mantener las apariencias, cuando las dudas ocupan el lugar de las certezas.
El mayor encanto de Pleno verano, seguramente, reside en el tono sobrio y sereno con que están narradas las relaciones entre los personajes, con esa mezcla tan sugestiva entre el escueto realismo cotidiano, diríase neorrealista, y el aire de melancolía que el realizador confiere a las situaciones, como si por encima del dramatismo de los problemas mostrados prevaleciera la idealización de un narrador que no hace otra cosa que evocar sus recuerdos de niñez en Hanoi, con esos momentos armoniosos y felices del verano dominados por los aromas frutales y por la hora de una siesta en que el tiempo parece mágicamente detenido.
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