(3) CRUPIER, de Mike Hodges.

LA PASIÓN DEL JUEGO
El mundo del cine ha visitado con frecuencia el tema del juego y lo ha hecho desde diferentes puntos de vista. El aura trágica y romántica, derivada de las novelas de Dostoievsky en El jugador -sendos films de Autant-Lara y de Karel Reisz-, la importancia de la intriga en Casas de juegos (1987) o la crónica de gángsteres en Casino (1995) se completan ahora con la película de Mike Hodges, un apreciable acercamiento al universo de las apuestas en un casino que constituye un relato en clave dramática con incrustaciones de thriller cuya intensidad y atractivo vienen avalados por un magnífico guión de Paul Mayesberg que ofrece una visión muy completa sobre la adicción al juego, los diversos tipos de clientes, las normas de seguridad, las posibles trampas, las reglas internas del negocio, etc.
El crupier protagonista, un aspirante a escritor con problemas económicos encarnado por el actor Clive Owen, asume el punto de vista narrativo con una voz en off en primera persona que informa al espectador con una serie de reflexiones de carácter psicológico e incluso filosófico, mientras traza un itinerario personal que evoluciona desde la posición de observador neutral de la fauna noctámbula londinense a la progresiva implicación de su vida privada en una serie de comprometidas situaciones básicamente relacionadas con el dinero y las mujeres.
En cierto modo, Crupier presenta el casino como una metáfora de la vida ante la que es casi imposible sentirse indiferente, tanto por las relaciones del protagonista con el gerente del negocio -dependencia laboral como asalariado- como por su actitud ante los propios jugadores, con una ambigua mezcla de frío distanciamiento profesional y de humana compasión ante una actitud ludópata volcada al fracaso, porque en la ruleta o el bacarrá siempre acaba ganando la banca.
Mike Hodges ha realizado la película con gran corrección, de forma bastante clásica, recurriendo a una planificación sencilla y a abundantes elipsis narrativas para que el relato nunca pierda ritmo e interés y permita profundizar en unos personajes que en todo momento se muestran sólidamente construidos.
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