(3) LOS CINCO SENTIDOS, de Jeremy Podeswa.

SECRETOS DEL CORAZÓN
Presentada en los festivales de San Sebastián y Cannes, premiada como mejor película en el de Toronto, Los cinco sentidos es el segundo largometraje del canadiense Jeremy Podeswa, amigo y compañero de profesión de Atom Egoyan, un proyecto que pudo llevarse a cabo gracias al apoyo recibido por su guión en el festival de Sundance. Heredero en su estructura narrativa del modelo consagrado por Vidas cruzadas (1993), de Robert Altman, y cultivado con éxito en Magnolia (1999) y American Beauty (1999), encontramos aquí varias líneas argumentales entretejidas a modo de piezas de un puzzle que el propio espectador debe relacionar y componer. El relato, pues, se articula con gran rigor en torno a unos elementos básicos: 1) cinco personajes que viven o trabajan en el mismo edificio sin conocerse; 2) una unidad temporal limitada a tres días, los que afectan a la desaparición de una niña pequeña en un parque cercano, un factor que desestabiliza sus vidas; y 3) un elemento narrativo común que es la presencia de los cinco sentidos como característica que define a cada uno de los protagonistas.
Ayudado por unos excelentes actores, Podeswa ha realizado un magnífico film con una dirección precisa caracterizada por el rigor de unas imágenes que profundizan en personajes víctimas de la vida urbana contemporánea, bloqueados emocionalmente en sus relaciones paterno-filiales o de pareja, que luchan por recobrar su inocencia perdida, cuya metáfora más significativa sería la desaparición de la niña y su reencuentro. Los cinco sentidos es un relato preocupado por la conexión emocional de las personas y por su necesidad de establecer unos vínculos que transformen su fragilidad en fortaleza.
Uno de los aspectos más valiosos de la película es la heterodoxia de unos personajes cuyas conductas poco modélicas raramente aparecen en los productos más convencionales y comerciales del cine hollywoodiense y que explican ese juego de apariencias y de realidades, de deseos íntimos enmascarados, de secretos y frustraciones que solo podrán empezar a resolverse con el descubrimiento de uno mismo y el contacto con los demás, con la ruptura de la soledad y la resolución de unas crisis personales causadas por la dificultad de establecer afectos auténticos y profundos en la ciudad moderna.
Los cinco sentidos nos propone una apertura al mundo exterior y consagra el conocimiento como una vía abierta a la esperanza.
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