(3) UNA RELACIÓN PRIVADA, de Frédéric Fonteyne.

UN HOMBRE Y UNA MUJER
El segundo largometraje del belga Fréderic Fonteyne se sustenta en el modélico guión de Philippe Blasband repleto de sutiles toques de humor y de precisión psicológica que, a primera vista, parece desarrollar una historia convencional sobre el origen, nudo y desenlace de una relación amorosa, aunque su peculiar estructura narrativa haga de Una relación privada un relato dotado de una gran riqueza y profundidad, todo ello con la ventaja adicional de sus 80 minutos de duración.
Film sencillo peo no simple, elegante y estilizado, con una importante función expresiva concedida a los silencios, que narra el encuentro de un hombre y una mujer a través de una revista de contactos con el fin exclusivo de materializar sus respectivas fantasías sexuales en una relación anónima que se asemeja, en sus planteamientos iniciales, a la de Marlon Brando y María Schneider de El último tango en París (1972). Proyecto de aventura erótica que acabará por truncarse porque los protagonistas —Una Nathalie Baye premiada en Venecia y un Sergi López repletos de matices interpretativos— no podrán evitar su implicación afectiva porque su expresa voluntad de independencia no será suficiente para neutralizar la tendencia a que la posesión mutua placentera conlleve el deseo de convertirla en un amor duradero.
La austeridad formal del film se eviencia en el uso exclusivo de dos escenarios para el encuentro de los amantes, difuminando en la imagen todo el entorno urbano y humano que los rodea e introduciendo solo un tercer personaje episódico.
La película se organiza mediante una serie de monólogos articulados con unos flashbacks que reconstruyen la relación a veces desde dos puntos de vista no del todo coincidentes, evidenciando un subjetivismo que adquiere una indiscutible significación freudiana.
Cabe destacar en Una relación privada la abundancia de elipsis y sugerencias que convierten las citas amorosas de los protagonistas en un prodigio de delicadeza y de pudor, sin el morbo que se esperaría de su título frances original Une liaison pornographique, dejando al esperctador que imagine libremente lo que sucede tras las puertas cerradas o en el espacio y tiempo que no retrata la cámara.
Una historia aparentemente trivial que, no obstante, viene a evidenciar lo difuso de las fronteras en la relación privada entre amor, erotismo y pornografía, con esa mezcla de sentimientos y de pasión que no excluye necesariamente la coexistencia de romanticismo y orgasmos. Un film delicado y bello que nos habla de la pareja como un territorio complejo en el que pueden convivir deseo y cobardía, curiosidad y prejuicios, lujuria e incomunicación, sinceridad y malentendidos, miedo y libertad.
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