(1) DIAMONDS, de John Asher.

ROAD MOVIE INTERGENERACIONAL
La película tiene toda la pinta de ser un homenaje de Kirk Douglas, buen actor, rutilante estrella de Hollywood e intérprete de varios excelentes títulos que, a sus 84 años, ha tenido graves problemas de salud, situación personal que traslada a la gran pantalla encarnando a un anciano que ha sufrido un ataque de apoplejía.
Diamonds es una especie de road movie que constituye una pequeña aventura que reúne a tres generaciones de una misma familia —abuelo, padre e hijo— que aprovecha para reflexionar sobre la vejez y la necesidad de afecto y respeto entre las personas. Ofrece una apelación optimista al disfrute de los placeres de la vida frente a la inexorable cita con la muerte.
Acertado pulso narrativo, sin baches de ritmo, del debutante realizador John Asher, con unas imágenes que traducen con claridad las ideas del guión aunque en realidad se trata de un film menos que traspasa con demasiada frecuencia esa sutil línea expresiva que separa el retrato de las pequeñas miserias cotidianas y la visión entrañable de los personajes de las habituales concesiones a la taquilla basadas en el sentimentalismo y las convenciones narrativas, que en esta ocasión desembocan en un amable y casi mágico final feliz.
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