(3) GET REAL, de Simon Shore.

UNA VISIÓN HONESTA, SENSIBLE Y REALISTA DE LA ADOLESCENCIA
Ante la temática homosexual, desde que hace unas pocas décadas pudo acceder a las pantallas, el cine ha adoptado diversas posturas que abarcan desde la condena, pasando por la ridiculización, el disimulo y finalmente por la exaltación militante. En Get Real, producción británica que puede traducirse como “ser auténtico” o “ser uno mismo”, la cuestión gay alcanza uno niveles de absoluta normalidad, con vivencias cotidianas que afectan tanto a los conflictos de la adolescencia en general como a una concreta opción sexual. La película, en efecto, nos habla de personas con un gran rigor psicológico y para ello cuida al máximo el contexto en que aquellas se desenvuelven: familia acomodada, instituto, ciudad provinciana…
El guionista Patrick Wilde se encargó de adaptar libremente su propia obra teatral, trasladando la época desde los años 70 a los 90, erigiendo en protagonista a un adolescente de 16 años y alcanzando el relato una dimensión universal tras haber efectuado encuestas y debates en los institutos para que los mismos alumnos expresaran sus puntos de vista. Get Real es el primer largometraje de Simon Shore, brillante estudiante de cine y realizador de cortometrajes, que ha recibido numerosos premios del público en diversos festivales y es un film totalmente desprendido de su originario lastre escénico que nos cuenta con ternura y emoción las tribulaciones de la pubertad, la inseguridad y el temor que genera el tener que asumir la propia identidad sexual “diferente” del resto y el dolor inevitable que conlleva este proceso hacia la madurez y la libertad individual.
Al logro de esta espléndida película han contribuido una luminosa fotografía y una delicada banda sonora musical, la soberbia interpretación de Ben Silverstone y, especialmente, la labor de un cineasta que se revela ya maestro en la dirección de actores, en el equilibrio y expresividad de los encuadres y en ese difícil arte que es el dominio del ritmo y de las elipsis narrativas, cortando el plano para pasar a la siguiente secuencia sin alargarlo innecesariamente. Todo ello da como resultado un film que evita los excesos melodramáticos con un tono agridulce que permite suavizar con un humor apenas esbozado los momentos más impactantes del relato, dando oportunidad a los diversos personajes para exponer sus posturas vitales, desde el joven Carter que decide superar la vergüenza de “salir del armario” hasta sus ocultos amantes, sus agresivos compañeros o sus desconcertados padres.
Get Real, cuyo único momento discutible sería quizás el desenlace, con la valentía del muchacho en su reivindicativo discurso académico, nada tiene sin embargo de apologético o manipulador y de ahí deriva su enorme lucidez a la hora de mostrar las dificultades de ser homosexual y de no poder manifestarlo, las contradicciones entre amor y honestidad, entre sinceridad y prudencia. El film es, sobre todo, una visión honesta, sensible y realista sobre la adolescencia.
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