(2) EL TALENTO DE MR. RIPLEY, de Anthony Minghella.

EL IMPOSTOR Y LA DOLCE VITA
Esta nueva versión de la novela de Patricia Highsmith —la anterior, A pleno sol (1960), fue realizada por René Clement con Alain Delon y Maurice Ronet— es una libre adaptación del texto original que conserva el punto de vista narrativo del protagonista, Tom Ripley, un joven pobre pero inteligente que planea y logra usurpar la personalidad de Dickie Greenleaf, un elegante y apuesto playboy dedicado a la dolce vita en Europa.
Pese a lo apasionante de la trama literaria, El talento de Mr. Ripley me ha decepcionado bastante porque en ella la intriga criminal resulta demasiado light por culpa de un lujoso diseño de producción más preocupado por la luminosidad y la belleza de los escenarios italianos, por las elegantes ropas de boutique y por la galanura de Matt Damon y de Jude Law que por dar verosimilitud a un clima y profundidad a unos personajes cuyo look, en el caso del primero, está más cerca del glamour de las casi adolescentes estrellas del actual cine estadounidense que de un arrivista y ambicioso muchacho enredado en la tela de araña que él mismo ha ido tejiendo a base de mentiras y simulaciones, artificio narrativo que se hace más evidente si tenemos en cuenta que al film le sobra, en mi opinión, media hora de metraje, pecado de desmesura en el que caen la mayoría de las más caras producciones actuales USA.
Anthony Minghella, como Franco Xeffirelli, demuestra ser un cineasta tan sensible a la estética como superficial, más atento a la cáscara que a la nuez, cultivador de un decorativismo visual que le empuja aquí a cuidar con esmero la ambientación de los años 50 al mismo tiempo que descuida los aspectos más turbios e inquietantes de la condición humana: las diferencias de clase, la codicia, la violencia, las reprimidas pulsiones homosexuales, la impostura y la falsedad, todo lo que constituiría una compleja crónica del cinismo y que aquí aparece demasiado ambiguo y blando.
Tom Ripley, el criminal que queda sin castigo, era un personaje con enormes posibilidades fílmicas pero el realizador no ha sabido plasmar a fondo su fracaso interior, su trágica soledad, su búsqueda de amor no correspondido y el drama de perder su verdadera identidad sin poder llegar a ser plenamente “el otro”, el privilegiado millonario que todo lo tiene en la vida. La película, eso sí, dará muy buenos resultados en taquilla.
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