(1) MANDÍBULAS, de Steve Miner.

LA BESTIA ATACA
Previsible y convencional sucesión de sustos y golpes de efecto a costa de un gigantesco y voraz cocodrilo, habitante improbable de un plácido lago, que ataca y devora a la práctica totalidad de una expedición científica. Mandíbulas adopta la estructura narrativa del clásico imperecedero Tiburón (1975), de Steven Spielberg, y sus sucesivas secuelas y derivados resumida en el enfrentamiento entre un grupo de personas y una bestia que rompe la tranquilidad de un poblado o región, aquí centrado en un hipertrofiado reptil sanguinario.
Contados y livianos detalles irónicos, así como la presencia de buenos actores capaces de dar cierta tridimensionalidad a sus personajes, suavizan ligeramente el obsesivo afán de truculentas imágenes y un inevitable salvamento justo a tiempo que definen las intenciones comerciales del producto.
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