(2) NORMA JEAN Y MARILYN, de Tim Fywell.

ESPLENDOR Y OCASO DE UNA ESTRELLA
Tim Fywell, experimentado realizador de TV, aborda en este film biográfico la personalidad conflictiva de Marilyn Monroe, rutilante estrella y mito erótico del Hollywood de los años 50, pasando revista a su traumática infancia —madre con trastorno mental, orfanatos, humillaciones, abusos sexuales, etc.— y su posterior búsqueda compulsiva de riqueza y fama para desembocar en unos años de decadencia personal y profesional, con abuso de alcohol y drogas, hasta su prematura muerte en agosto de 1962 a los 36 años de edad.
Se agradece la voluntad de crónica realista que destila la película, sin tonos apologéticos, procurando estudiar a la persona más que sublimar a la estrella, para lo cual se han utilizado a dos actrices, Ashley Judd y Mira Sorvino, en un intento de enfrentarlas a modo de psicodrama para revelar así sus más íntimas pulsiones y sus más profundas contradicciones.
El relato es cronológicamente lineal, excepto algunos flashbacks que materializan recuerdos, sueños y obsesiones, y constituye un auténtico regalo para cinéfilos, que disfrutarán identificando títulos de películas así como nombres de actores y directores que trabajaron con ella, además de reconocer la lista de sus maridos y amantes, pero la levedad y la brevedad de las secuencias hace derivar la narración hacia derroteros excesivamente abocados a lo anecdótico y lo superficial.
Película de planteamientos honestos aunque limitados por la utilización de un lenguaje fílmico demasiado plano y convencional que viene a reafirmar lo obvio y que nos presenta a una Marilyn cegada por la ambición —utiliza sus atractivos eróticos para ascender profesionalmente e intenta borrar su oscuro pasado— y maniatada por la inseguridad —falta de memoria, limitadas dotes interpretativas, carencia de base cultural que la impulsa a casarse con Arthur Miller—, corriendo desesperadamente tras una felicidad personal que nunca logró disfrutar.
Y ahí reside la tragedia de la gran estrella, con el itinerario que va desde la gloria al fracaso, indecisa entre las exigencias de la fama y la adoración de las masas por una parte, y por otra, secretamente necesitada de una familia, con marido e hijos, que nunca pudo tener.
El tono naturalista de Norma Jean y Marilyn acaba perjudicando la verosimilitud del film cuando el espectador avispado comprueba el escaso parecido físico entre los actores y los personajes reales por ellos encarnados que se relacionaron con la malograda actriz estadounidense.
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