(1) PEQUEÑO GRAN CAZADOR, de Stewart Raffill.

LA BONDAD Y MALDAD DE LOS ANIMALES SALVAJES
Típcia película destinada al público infantil y realizada por un mediocre especialista USA en films ambientados en plena naturaleza, Pequeño gran cazador es un relato que se desarrolla con cierta fluidez narrativa pero que, a juzgar por su planteamiento absolutamente convencional, parece una secuela degradada de la obra literaria de Jack London.
Las aventuras de un niño que acompaña a un grupo de cazadores en los majestuosos valles de las Montañas Rocosas nada tiene de ceremonia iniciática ni de defensa de los valores medioambientales, sino que materializan un tosco repertorio de trucos, trampas y mentiras cuyo efectismo y artificio alcanza su punto más inadmisible cuando, siguiendo pautas disneyanas, asigna a los animales salvajes un carácter maligno o bondadoso que desmentiría cualquier manual de ecologismo.
Melodramático retrato de las relaciones familiares, tópico tratamiento de la aventura y rutinaria puesta en escena. Sale fugazmente el veterano Richard Harris.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.