(3) SOLAS, de Benito Zambrano.

UNA DURA CRÓNICA FAMILIAR
Solas es el primer largometraje del joven sevillano Benito Zambrano, fruto en buena medida de experiencias y observaciones personales, un realizador formado en Cuba que buscó sin éxito durante algún tiempo un productor para su guión y cuya película constituirá sin duda la más agradable sorpresa del año tras haber conquistado el premio otorgado por el público en el último festival de Berlín.
Con escaso presupuesto y actores poco conocidos, Solas es un film que impacta poderosamente en el espectador a causa de la profunda verdad humana que desprende y de la enorme carga emotiva que generan sus imágenes y diálogos, traspasando el localismo andaluz para convertirse en una historia de dimensión universal.
El mundo sigue (1963), de Fernando Fernán Gómez y Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (1995), de Agustín Díaz Yanes, forman, junto con Solas, un trío fundamental en la historia del cine español por cuanto el relato dramático logra convertirse en crónica social poblada por personas que ni son ricas ni particularmente guapas ni triunfadoras, todo ello agravado por el hecho de tratarse de mujeres sometidas a una doble explotación y marginación, la económica y la sexual, en la empresa y en el hogar.
Benito Zambrano no logra, sin embargo, el fuerte impacto emotivo de su película recurriendo a los artificiosos trucos del folletín tradicional sino esgrimiento como divisa la honestidad, la sobriedad expresiva y el talento a la hora de acercarse a los personajes y a sus conflictos, con un absoluto respeto hacia ellos, lo que le permite enriquecer con la ternura y el lirismo los aspectos más desgarradores del drama humano.
La autenticidad psicológica, el realismo del contexto socio-económico así como la sencillez y funcionalidad de una cámara al servicio exclusivo de los actores nos hacen pensar en los grandes maestros del Neorrealismo italiano —Rossellini, De Sica, De Santis, Germi— y en la importante lección que nos dejaron: una apelación a la solidaridad y a la fraternidad por encima de mezquinos intereses y prejuicios. Solas es un film impactante, sobrio, profundo y humano. Magnífico.
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