(2) TWENTYFOURSEVEN (24.7), de Shane Meadows.

GOLPES QUE TE DA LA VIDA
El primer largometraje de Shane Meadows ha obtenido diversos premios en Valladolid, Venecia y otros festivales, contiene elementos autobiográficos y es una producción independiente realizada con escasos medios como lo prueba la fotografía en blanco y negro, monocromática y muy contrastada, y la presencia de actores juveniles poco conocidos.
Film estructurado como un flashback total a partir de la lectura del diario particular del protagonista encarnado por Bob Hoskins, un asistente social idealista y voluntarioso cuya muerte engrandece la dimensión humana y sentimental de un personaje dedicado a aliviar las calamidades sociales que el liberalismo de la era Thatcher ha vertido especialmente sobre un sector juvenil sumido en la desmoralización del paro, la pobreza, la droga, el alcohol y una agresividad cuyas causas profundas hay que buscar tanto en las estructuras socio-económicas como en las familiares.
Darcy, el personaje protagonista, organiza un club de boxeo como instrumento destinado a devolver a los jóvenes marginados la ilusión de vivir y la dignidad personal perdida, logrando reforzar su autoestima, canalizar su violencia y mantenerles ocupados. Película de voluntad testimonial y realista, Twentyfourseven (24.7) combina rasgos de humor y de hondo dramatismo, evidencia un buen estudio de personajes, acertadamente observados y descritos, y crea un clima adecuado con la ayuda de una banda sonora que incluye música rock y baladas.
Filmada con mínimas concesiones a la taquilla, no tiene el gancho comercial ni la ironía de Full Monty (1997) —el striptease masculino como forma de realización y de ganar algo de dinero— ni la coherencia de The Boxer (1997) —una metáfora política sobre el encauzamiento de la violencia terrorista a través de unas reglas del juego— y, pese a la dureza del relato y su carácter laico, uno no puede evitar rememorar las buenas intenciones redentoras del padre Flanagan de Forja de hombres (1938) y de La ciudad de los muchachos (1941), ambas de Norman Taurog.
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