(1) UNA RUBIA AUTÉNTICA, de Tom DiCillo.

LA MUJER IDEAL
Una decepcionante comedia, presentada en los festivales de Deauville y de Sundance, ambientada en un Manhattan donde varios personajes cruzan sus vidas profesionales o sentimentales aunque protagonizada por dos parejas con problemas en sus relaciones, una de ellas por razones de trabajo y falta de pasión y la otra por que él se empeña en encontrar a la mujer ideal, una rubia que sea natural y no teñida.
La atractiva presencia de Matthew Modine y de Daryl Hanna, así como la visión irónica vertida sobre los medios de comunicación —TV, publicidad, etc.— que logran convertir repentinamente en famosas a personas anónimas gracias a la brillanteza de unas imágenes que no dejan de ser artificiosas y superficiales, no pueden evitar la sensación de que prevalecen los convencionalismos en una serie de situaciones cotidianas pretendidamente realistas pero que no logran trascender la banalidad de unas anécdotas que no permiten profundizar en la verdadera naturaleza de los personajes.
Una rubia auténtica es una comedia insulsa que se ve, pues, con bastante indiferencia, tan lejos de las sátiras mordaces de Frank Tashlin sobre el modo de vida estadounidense y sus mitos como el encanto y la fina percepción psicológica de los films de Edward Burns, el realizador de Ella es única (1996).
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