(3) EL GRAN LEBOWSKI, de Joel Coen.

RETRATO ESTRAFALARIO DE UNOS MARGINADOS
El nuevo film de los hermanos Coen sigue el sendero marcado por su fimografía, moviéndose entre dos géneros cinematográficos que han depurado estilísticamente con un sello particular muy reconocible: la comedia con Arizona Baby (1987) y El gran Salto (1994) y el cine negro, donde han cosechado sus mayores éxitos, con Sangre fácil (1984), Muerte entre las flores (1990), Barton Fink (1991) y Fargo (1996). El gran Lebowski se situaría en un exótico punto intermedio que fusiona comicidad en escenarios propios del thriller y elementos de intriga protagonizada por personajes de lo más extravagantes.
La acción está narrada desde el punto de vista de El Nota (Jeff Bridges), un vago hippy de Los Angeles que es confundido por un par de matones con el millonario Jeff Lebowski, con quien sólo comparte apellido. El magnate le encarga la búsqueda de su mujer desaparecida, supuestamente secuestrada, desencadenando una misterioso juego de apariencias, sospechas e intrigas que irrumpe en la errática y plácida existencia del protagonista, cobrando poco a poco el aspecto de una farsa surrealista.
El gran Lebowski describe un peculiar universo residual formado por tres amigos marginales, ociosos y despistados, cuya vida social transcurre entre bares cutres y una bolera donde pasan el tiempo. La irrupción en sus insípidas existencias de una trama detectivesca a lo Raymond Chandler inicia una bizarra y esperpéntica situación donde los personajes están fuera de su contexto habitual, generando multitud de ingeniosos gags que desmitifican y se burlan de los convencionalismos más agarrotados del cine noir.
Una vez más, los hermanos Coen aportan una gran película a su trayectoria como realizadores y guionistas, demostrando que son actualmente los mayores exponentes del cine independiente USA.
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