(1) POR SI NO TE VUELVO A VER, de Juan Pablo Villaseñor.

VIEJOS MÚSICOS AMBULANTES
Más cerca en el tratamiento de los problemas de los ancianos de discretas películas españolas como Los dinamiteros (1964) o Atraco a las tres (1962) que del rigor conceptual y madurez estilística de Umberto D (1952) o Vivir (Ikiru) (1952), el mexicano Juan Pablo Villaseñor no demuestra ser precisamente un cineasta a la altura de sus compatriotras Cazais o Ripstein toda vez que ha seguido el camino fácil del folletín azteca, con una agridulce mezcla de risas y lágrimas cuyo más famoso practicante fue Cantinflas. Pero el logro del éxito popular se consigue una vez más al precio de rebajar los niveles de exigencia, subordinando la coherencia de ideas e intereses a la dictadura populista de los sentimientos, bueno y/o malos de una pieza, como óptica dominante a la hora de mostrar de forma bastante arbitraria una determinada parcela de realidad.
>Los viejos protagonistas del film forman un conjunto musical especializado en boleros para poder salir de su pasiva inutilidad en la asilo y en su lucha contra un hostil orden establecido reclamarán la ternura, el afecto y la solidaridad del espectador apelando antes al sentimentalismo que a los justos derechos de la llamada tercera edad.
El relato constituye una especie de Full Monty (1997) tercermundista, pero las casualidades, la superficialidad de los personajes, las situaciones resueltas precipitadamente en el guión y un rodaje de planos algo rutinario impiden que la película sea algo más que una muestra llena de buena voluntad y de simpatía.
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