(3) LA VIDA EN OBRAS, de Wolfgang Becker.

EL MURO CAÍDO
Era de esperar que el cine alemán, más tarde o más temprano, se ocupara de la vida en Berlín posterior a la caída del muro, un lugar y una época caracterizada por fuertes cambios creadores de un cierto caos social, desempleo, inseguridad, trabajos eventuales, delitos menores, crisis matrimonial y familiar, etc.
La vida en obras es una comedia de estilo coral, protagonizada sin embargo por unas pocas parejas, que presenta tonos agridulces y retazos de humor negro, con presencia constante de la picaresca como única forma de supervivencia. En sus diferentes secuencias puede rastrearse la huella dejada por un cierto cine social actual que se distingue no solo por su coherencia ideológica de signo testimonial y progresista sino también por su dimensión lúcida y su estética heredera del documentalismo. Por eso el actor británico Ricky Tomlinson hace de eslabón entre dos muestras de un cine perfectamente equiparable.
Las abundantes obras en la ciudad de Berlín nos remiten, metafóricamente, a un estado de provisionalidad entre el derribo de lo viejo y la obra nueva terminada situación que refleja la existencia cotidiana del ciudadano rodeado de peligros e inestabilidad, como expresa bien la estructura de un film elaborado mediante escenas sueltas, aparentemente invertebradas, de carácter itinerante, unos fragmentos de vida con voluntad de realismo.
El panorama descrito se enriquece con las paradojas: una sociedad de consumo sin dinero, una ciudad al fin libre pero sin las posibilidades de trabajo, estudios o pensiones asistenciales del fenecido régimen socialista. Y la falta de soluciones concretas, la gente dedicada a sobrevivir saboreando los placeres proporcionados por la música pop o los programas de telebasura, ésos que solo persiguen el entretenimiento y las amplias audiencias. Un panorama preocupante.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.