(2) LAS ALAS DE LA PALOMA, de Iain Softley.

SALUD, DINERO Y AMOR
Del novelista estadounidense Henry James, que se trasladó a Inglaterra en 1875, se han realizado numerosas adaptaciones cinematográficas a causa de la profundidad psicológica, el estilo refinado y la objetividad descriptiva alejada de clichés moralizantes que han caracterizado su obra literaria. De Las alas de la paloma, un texto en cierta manera autobiográfico, se ha realizado ahora una versión bastante libre, situando a los personajes en el Londres y la Venecia de 1910, una época de cambios hacia la modernidad no solo visibles en la ambientación sino, especialmente, en el inicio de la emancipación femenina, con una nueva moral a caballo entre los rigores represivos victorianos y la búsqueda de la libertad personal por la mujer del siglo XX.
En este preciso contexto británico surge en el film el conflicto entre sentimientos e intereses, entre amor y fortuna, entre pasión y razón en definitiva, materializado por tres personajes: una joven huérfana necesitada de una buena posición social, una rica heredera estadounidense enferma de muerte y un apuesto periodista de modestos recursos económicos. Real y metafóricamente, estos personajes se trasladan del encorsetado Londres a la luminosa y romántica Venecia para dar allí rienda suelta a sus pasiones, sufrimientos y dudas, especialmente dramáticas en el caso de Kate Croy, maniatada por incertidumbres de difícil resolución al estar enamorada del periodista pero necesitar también el apoyo económico de su amiga millonaria.
Desgraciadamente, en su segunda mitad el film pierde ritmo, se estanca, y no sabe desarrollar ni resolver con el rigor preciso los conflictos planteados en su primera parte, resultando algo confusos los motivos íntimos que empujan a los personajes.
La responsabilidad de esta falta de profundidad analítica y el escaso brillo de una recreación de época que desaprovecha el esplendor de sus nuevos valores estéticos hay que atribuirlo, sin duda, a un Iain Softley cuya trayectoria no ha sido demasiado brillante hasta la fecha. Porque nada cabe reprochar a la estupenda interpretación de Helena Bonham Carter, Linus Roache y Charlotte Rampling ni a la sugestiva música de Edward Shearmur.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.