(2) LA BODA DE MI MEJOR AMIGO, de P. J. Hogan.

MÁS QUE AMISTAD
El éxito de La boda de Muriel (1994) ha abierto las puertas de Hollywood al realizador autraliano P. J. Hogan, quien elabora aquí una entretenida comedia de marcado trazo romántico sin llegar a caer en un empalagoso carrusel sentimental.
Julianne y Michael se prometieron casarse si, al cumplir 28 años, ambos no habían encontrado pareja. Con el paso del tiempo, ella se da cuenta de que está enamorada de su mejor amigo, pero cuando se arma de valor para decírselo él la llama para anunciarle que se va a casar con una chica de la alta sociedad. Sólo dispone de tres días para urdir un plan que le permita impedir la boda.
La boda de mi mejor amigo se aleja de la rusticidad de la comedia desmadrada y de la simpleza de films semejantes gracias a una puesta en escena sofisticada y una visión crítica tanto de situaciones como de personajes. Se percibe una intencionalidad satírica en P. J. Hogan, quien ridiculiza al mundo snob que rodea a la próxima esposa de su mejor amigo mientras remarca la independencia económica y la elevada cultura de la protagonista, encarnada por una Julia Roberts en su apogeo físico e intelectual.
La tridimensionalidad de los secundarios también enriquece una película que podía haber optado por la mera caricatura pero que afortunadamente se preocupa por describir un universo de relaciones más complejo de lo habitual. Por otra parte, el film posee un final que evita el clásico y previsible happy end apelando al valor de la amistad como algo fundamental para alcanzar la felicidad. Se deja ver.
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