(2) THE PILLOW BOOK, de Peter Greenaway.

EROTISMO Y LETRAS
La última película de Peter Greenaway, The Pillow Book, vuelve a despertar la polémica en torno al cine de este realizador británico, hermético y pedante para unos, imaginativo y sugerente para otros. En esta ocasión, con la ayuda inestimable del fotógrafo Sacha Vierny, traza a su peculiar manera un relato en torno a los cuerpos humanos convertidos en libros vivientes y, como hombre culto que es, manifiesta su refinamiento con exquisitas imágenes llenas de referencias plásticas y bellos fragmentos musicales, en un libérrimo tratamiento del tiempo y del espacio que se aparta absolutamente del naturalismo para acercarse estilísticamente a los modos expresivos del moderno videoclip.
Así pues, el tradicional argumento del cine narrativo convencional queda hecho añicos, dinamitado, en esta historia plasmada en secuencias numeradas que dejan al espectador plena libertad para interpretar las hermosas imágenes a través de las cuales puede reconstruir a su manera la entidad de los personajes y de sus particulares obsesiones: la niña que pasa de ser pergamino a pincel, portadora de letreros a elaboradora de textos, al convertirse en mayor; la búsqueda compulsiva de compañeros que compaginen la cualidad de expertos amantes y de excelentes calígrafos; la mezcla fatal de erotismo, celos, pasión, muerte…
Se intenta aunar los placeres del sexo y de la literatura, de la carne y del espíritu, pero la presencia mayoritaria de signos japoneses impide que el significado de los textos llegue al espectador occidental, con lo cual lo más evidente es el culto meramente fetichista, material y pictórico, a los cuerpos y a los rótulos, unión de soporte y de mensaje que es constitutiva de libros vivientes como objeto de culto supremo, una manifestación de goce intelectual que, para Greenaway, constituye la cima del hedonismo a la que se puede aspirar.
Los detractores del film podrán sostener, no sin razón, que el estilo del cineasta nos sumerge de lleno en el terreno del capricho, el narcisismo, la pretenciosidad y el estéril formalismo. ¿Ustedes qué opinan?
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