(1) UN PADRE EN APUROS, de Brian Levant.

SÁTIRA CONSUMISTA
Una curiosa mezcla de inteligencia y de visión comercial, que permite a la vez la autoparodia y la cobertura de un mercado más amplio, impulsado por Arnold Schwarzenegger a compaginar dos estilos bien diferentes materializados en dos personajes totalmente opuestos: el musculoso destructor y el hombre tierno turbado por problemas domésticos.
Un padre en apuros es una comedia navideña cuyo guión sorprende gratamente por su cuidada elaboración. No faltan los clásicos elementos del género pero la habitual indigestión de buenos sentimientos y la forzada moraleja propia de este tipo de cine se hallan aquí muy atemperadas por respetables dosis de humor y de ironía que tan pronto ponen en solfa los estupidizantes efectos de la publicidad como la absurda obsesión por el consumo, sin olvidar la desmitificación del éxito a cualquier precio y las virtudes guerreras del actor cuando protagoniza los films de acción.
Lamentablemente, en la secuencia final, las aguas ideológicas vuelven a su cauce institucional: la apología del héroe invicto, entre bromas y puyas, conduce felizmente a la recuperación de la estima, la admiración y la unión familiar. De todos modos es un producto que no idiotiza al espectador.
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