(0) UN LOCO A DOMICILIO, de Ben Stiller.

MI AMIGO EL PSICÓPATA
Las extrañas y conflictivas relaciones entre un joven arquitecto y un instalador de TV por cable que resulta estar loco por su excesivo consumo de programas televisivos empiezan como una comedia y van adquiriendo progresivamente tintes dramáticos porque el muchacho se siente solo y busca amigos a cualquier precio, incluso a través del delito.
Algún ignorante ha llegado a comparar a Jim Carrey, el actor mejor pagado de Hollywood, con Jerry Lewis. Este utilizó el humor de forma expresionista —el mimo como forma exagerada de comunicación, en la línea de los gags del cine cómico mudo— para satirizar una serie de mitos y valores establecidos en la sociedad estadounidense, al mismo tiempo que desarrollaba las ideas y los sentimientos del protagonista. Jim Carrey, por el contrario, es un caricato en la línea de Bob Hope o Danny Kaye que se pasa con sus muecas y gesticulaciones, que nunca están en función de expresar nada, sino que son un recurso facilón para contentar a espectadores poco exigentes. De hecho, su personaje es un retrasado mental que viene a confirmar, sin distancia crítica alguna, muchos de los mitos y valores dominantes en la cultura USA.
Una dirección amorfa y chata nada puede hacer para salvar un guión incoherente, superficial y carente de punto de vista. El resultado es una película oligofrénica e insoportable.
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