(2) FOUR ROOMS, de A. Anders, A. Rockwell, R. Rodriguez y Q. Tarantino.

EL BOTONES
Tras conocerse en el festival de cine independiente de Sundance de 1992, el certamen patrocinado por Robert Redford, cuatro realizadores decidieron hacer un film conjunto, precisamente el que hoy podemos contemplar en nuestras pantallas. Four Rooms, en efecto, consta de cuatro episodios de diverso tono y duración, ubicados en sendas habitaciones de un hotel de Hollywood durante una Nochevieja, sirviendo de vínculo entre ellos la presencia común del botones encarnado por Tim Roth.
El carácter independiente del producto viene determinado no sólo por su estructura narrativa flexible y por la personalidad de sus autores, sino también por la participación de cada uno de ellos en las tareas de sus compañeros y por las dosis de libertad y desenfado con que se aborda todo lo relacionado con el sexo, el alcohol, las drogas y la violencia. A ello hay que añadir las constantes citas y homenajes cinéfilos y un acentuado grado de estilización que logra enriquecer el género con matices satíricos y paródicos.
Los cuatro episodios que componen el film son Extraño brebaje de Allison Anders; con un aquelarre de unas modernas brujas en la suite nupcial; Las dos caras de un plato de Alexandre Rockwell, con un ritual sadomasoquista a cargo de una pareja; Los que se comportan mal de Robert Rodríguez, un sketch protagonizado por dos niños terribles que acaban destruyendo la habitación; y El hombre de Hollywood, de Quentin Tarantino, un homenaje a Hitchcock resuelto con buenas dosis de imaginación y de humor.
La película se sustenta en un guión muy elaborado, con imágenes de gran solidez que logran captar la atención del espectador, gracias también a la presencia de actores famosos como Bruce Willis, Antonio Banderas y Madonna. Four Rooms es un film ligero, quizá algo superficial, pero que constituye un brillante entretenimiento.
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