(0) SHOWGIRLS, de Paul Verhoeven.

CASPOSO EROTISMO
Paul Verhoeven, Mario Kassar y John Eszterhas, realizador, productor y guionista respectivamente de Instinto básico (1992), han intentado repetir aquel bombazo comercial y para ello han sustituido a Sharon Stone por Elizabeth Berkley, un cuerpo espléndido que se dio a conocer en la serie de TV Salvados por la campana. El pretexto argumental son, en esta ocasión, las andanzas en Las Vegas de una bailarina de strip-tease de turbulento pasado, en unos locales donde las fronteras entre danza y prostitución se hallan bastante difuminadas.
Una vez más se ha intentado capitalizar el escándalo forzando los límites de lo tolerable en la puritana sociedad estadounidense, pero lesbianismo, drogas, asesinato y violación carecen aquí de una formalización dramática, coherente y convincente, dominando la vulgaridad, la absoluta falsedad de personajes y situaciones, así como una concepción artificiosa y aburrida del erotismo consistente en la abundancia de diálogos soeces y en una constante evolución de tetas y culos en una ceremonia sensacionalista donde prevalece el simulacro sexual y la representación rutinaria de gestos obscenos sin motivación pasional alguna.
La música discotequera de David A. Stewart y tres números coreográficos en los que se conjuga espectacularidad con los desnudos, vehiculan una mentirosa moraleja final: ante el éxito profesional al precio de la degradación personal, la protagonista emprende el buen camino y abandona la ciudad del vicio pobre pero honrada. Nunca sabremos el verdadero motivo de su decisión.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.