(2) ÁGUILAS NO CAZAN MOSCAS, de Sergio Cabrera.

DUELO AL SOL
Este es el tercer largometraje de Sergio Cabrera, tras La estrategia del caracol (1993), una coproducción entre Colombia, Italia y Cuba, que retoma materiales y el universo de su opera prima Técnicas de duelo: Una cuestión de honor (1988), que era una reflexión sobre la inutilidad de la violencia. El relato emparenta con el mundo literario de García Márquez y de otros escritores latinoamericanos al constituir una crónica llena de imaginación y de humor, entre la parábola social y el esperpento, en la que el pueblecito donde viven los personajes representaría a la nación colombiana y, por extensión, a toda América Latina.
La narración se articula en torno al protagonista adolescente que, mediante una serie de flashbacks, realiza una investigación para averiguar la verdadera identidad de su padre y las razones reales del duelo que enfrentó al carnicero y al maestro de la localidad. El regreso a los orígenes y el rastreo de la verdad a través de testimonios personales directos y de la lectura de documentos, como el propio duelo de motivos inciertos, con la intervención de importantes estamentos públicos, conforman esta fábula en la que se mezclan elementos satíricos y farsescos.
Águilas no cazan moscas viene plagada de premios internacionales pero, a mi juicio, no acaba de funcionar adecuadamente por la escasez de medios, la impersonal dirección de actores, la falta de mayor rigor en la planificación y el desvaído entorno humano que envuelve la trama.
Todas estas limitaciones provienen, básicamente, de la defectuosa articulación entre signos y significados, es decir, de la imposibilidad de establecer unas metáforas sugerentes, ricas en contenidos, por culpa de un esquematismo merced al cual personajes, intereses, instituciones e ideologías se muestran con un grado de abstracción tal que dificultan su coherencia interna y limitan su valor representativo. Es por esto que la moraleja final, la apelación a una convivencia pacífica y feliz, queda huérfana de una apoyatura dramática suficientemente sólida. Y las buenas intenciones no bastan.
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