(0) LA PARTIDA DE AJEDREZ, de Yves Hanchar.

UN GENIO DEL ESCAQUE
Si el telefim alemán El jugador de ajedrez (1978) ya provocó el rechazo de muchos aficionados ajedrecistas, imagino la indignación que sentirán ante esta belga de Yves Hanchar, ambientada a principios del siglo XIX y genuina muestra de un cine de qualité pretencioso, trascendentalista y metafísico que presenta a los campeones del tablero como filósofos atormentados, medio locos y como genios excéntricos y caprichosos.
Los diálogos rezuman mala literatura y los personajes son pura entelequia por culpa de una pésima dirección de actores. El pretendido suspense de las partidas de ajedrez, en las que se participa en el campeonato mundial, no funciona en absoluto. La pedantería es el común denominador de una realización sin rigor narrativo alguno. Para rematar la faena, el protagonista es un huérfano que resuelve su angustia existencial mediante el suicidio. Una decepción total.
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