(1) MENTIRAS ARRIESGADAS, de James Cameron.

LA MUJER DEL ESPÍA
El director de Terminator (1984) vuelve a hacer gala de su loable capacidad de aunar acción y comedia en su filmografía, confeccionando sofisticados productos comerciales atiborrados de efectismo digital diseñados para el entretenimiento previo pago en taquilla. Mentiras arriesgadas revela, además, una aguda aptitud para la caricatura, siendo capaz de ironizar sobre un género tan estandarizado como el thriller de espías.
Sin duda, lo mejor de la película es su parte central desarrollada en tono de comedia de enredo a partir de los celos que siente el protagonista (Arnold Schwarzenegger), un agente secreto que por motivos de seguridad simula ser un anodino vendedor de ordenadores, por su mujer (Jamie Lee Curtis), entregada a una aventura amorosa al parecer. Esta trama refleja la habilidad de James Cameron por desplegar un juego de apariencias, dobles vidas, mentiras y medias verdades entre los miembros de la pareja protagonista, creándose situaciones realmente divertidas cuyos diálogos están llenos de ingenio y hasta de un sentido pesimista de la existencia y de las relaciones amorosas.
El guionista y director canadiense cuenta para ello con una extraordinaria Jamie Lee Curtis, que hace una de las mejores interpretaciones de su carrera, tanto cuando ejerce de ama de casa frustrada y aburrida, necesitada de emociones fuertes, como cuando adopta el papel de prostituta de lujo y da un recital interpretativo y erótico en la trampa preparada por el marido celoso y su amigo.
El resto de tramas, sin embargo, giran en torno a los clichés y lugares comunes de siempre en este tipo de productos atiborrados de escenas de acción, tan espectaculares como estrambóticos. Cuando el mundo laboral y familiar de Schwarzenegger se mezclan, el argumento se vuelve cada vez más ridículo y forzado, con una inverosímil persecución a caballo del líder de un grupo terrorista.
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