(1) LOS PEORES AÑOS DE NUESTRA VIDA, de Emilio Martínez-Lázaro.

RETRATO AFECTIVO DE UNA GENERACIÓN
La pareja formada por David Trueba, guionista, y Emilio Martínez-Lázaro (realizador) funcionó con bastante fortuna en Amo tu cama rica (1991), una crónica sentimental y costumbrista sobre jóvenes veinteañeros de clase media en la gran ciudad. Ahora intentan repetir el éxito pero el resultado de la fórmula no es otro que una visión entre autocomplacencia y masoquista de unas vivencias juveniles que en modo alguno rozan siquiera la reflexión o la crítica.
Entre la inmadurez y una modernez con ramalazos almodovarianos, la película gira en torno a guateques, bares, música y cervezas, entronizando como obseso fetiche temático el “ligue” o, mejor dicho, su imposibilidad por parte de Alberto (Gabino Diego), que nos prodiga una incesante cascada de chistes, frases ingeniosas, sentencias filosóficas caseras y citas cinéfilas con el resultado tan brillante como superficial.
Diríase que el amor juvenil sigue contemplado tan tópica y esquemáticamente como en los tiempos de Marisol y Rocío Dúrcal, sólo que ahora una mayor libertad y franqueza expresivas permiten ya referencias al adulterio, la sexualidad adolescente y la eyaculación precoz. Un film, en definitiva, con muchas limitaciones.
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