(1) LEÓN (LEON THE PIG FARMER), de Vadim Jean y Gary Sinyor.

EL CRIADOR DE CERDOS
Considerada la primera comedia judía realizada en Inglaterra, León (Leon the Pig Farmer) es la opera prima de los jóvenes Vadim Jean y Gary Sinyor, que han asumido funciones de producción, guión y dirección. Rodada con un limitado presupuesto y considerado como un producto independiente, la película obtuvo varios galardones en Edimburgo, Venecia y Londres, un reconocimiento de calidad que personalmente no comparto para esta sátira desvaída que gira en torno a la paradoja de un muchacho judío que resulta ser hijo biológico de un criador de cerdos, un animal impuro según la religión hebrea.
El protagonista, León, es un ser perplejo, tan ingenuo como atontado, cuya pasividad se erige en eje narrativo alrededor del cual se construyen las situaciones conflictivas, con una excesiva dispersión e objetivos críticos: la especulación inmobiliaria, la modernidad científica y, sobre todo, la tradicional familia judía con el autoritarismo materno y el sentimiento de culpa que crean inseguridad y frustración.
León (Leon the Pig Farmer) quiere apropiarse de las aportaciones fílmicas de los Monty Python y de Woody Allen, pero ni posee la corrosividad de los primeros ni el talento del segundo a la hora de reflejar la neurosis producida por las rígidas normas morales y consuetudinarias judías. Por su parte, el humor se muestra tan sutil y localista que apenas permite calibrar sus dosis de ironía, virtud que es neutralizada además por la absoluta falta de ritmo y de profundidad en la narración. Una decepción.
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