(1) MAVERICK, de Richard Donner.

EL JUGADOR
Carente de buenas ideas originales, Hollywood ha recurrido frecuentemente a las series de TV de antaño, siendo la película que ahora nos ocupa la adaptación fílmica de un serial homónimo de gran éxito producida por Warner Brothers, cuyos capítulos fueron rodados entre 1957 y 1962, y cuyo protagonista principal estaba interpretado por James Garner. El personaje de Maverick, un jugador de póker y un timador profesional, fue recuperado en 1978 por Hy Averback, en un film que dirigió para televisión.
Donner y Gibson, tándem que se ha forrado con la franquicia Arma letal, llevan camino de hacer lo mismo con este Maverick. Sin embargo, nos encontramos ante un flojo western apuntalado por un guión mal construido y peor dirigido. En ese sentido, no vale ni como revisión del género en clave de comedia.
Y es que la historia hace aguas por todas partes. El pícaro protagonista se embarca en un torneo de póker que se organiza en un barco fluvial de Luisiana debiendo enfrentarse a otros exóticos personajes tan granujas como él, como la dulce Annabelle Bransford y el
salvaje Angel. Todo se
complicará cuando entre en escena el Marshall Zane Cooper. Los personajes con hondura no hacen acto de presencia en un relato sin el menor sentido dramático y con un ritmo irregular que llega a aburrir hasta el más aguerrido aficionado al cine del Oeste. Donner, que en Arma letal (1987) llegó a exhibir una gran capacidad de síntesis y nervio narrativo, se enreda en tramas insulsas y un humor demasiado tosco y vulgar. Una pena que se haya despilfarrado el popular elenco de actores que participan en la película, encabezados por Mel Gibson, Jodie Foster, James Garner, James Coburn y Alfred Molina.
Para pasar el rato… y a otra cosa mariposa.
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