(2) MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES, de Kenneth Branagh.

SHAKESPEARE EN ITALIA
Tras su adaptación de Enrique V en 1989, el británico Kenneth Branagh traslada de nuevo al cine una obra de Shakespeare, Mucho ruido y pocas nueces, una comedia considerada “menor” pero que confiere también fuertes situaciones dramáticas y en la que podemos apreciar, junto a escenas de gran vitalismo y alegría, el recurso a los grandes temas habituales del autor: el amor, los celos, la envidia, la venganza, el orgullo, etc.
De nuevo Branagh asume funciones de actor, guionista, prodcutor y director en un relato de evidente estructura teatral que traza de forma contundente una serie de personajes y de pasiones y que básicamente se articulan en torno a los amores de dos parejas, una juvenil y otra madura, espoleados e impedidos y finalmente reconciliados merced a una serie de enredos y equívocos que vienen a consagrar el triunfo de la realidad sobre las apariencias.
Con la ayuda de unos actores excelentes, el film va desgranando una sucesión de escenas de las que lo más endeble es la carpintería teatral y lo más interesante el profundo aliento lírico que impregna los monólogos y las metáforas literarias. Y ello sin dejar de reconocer el esfuerzo desplegado por Branagh a la hora de ajustar la estructura escénica de la obra original a las exigencias del relato fílmico: abundancia de escenarios reales con paisajes naturales de telón de fondo, la movilidad de la cámara para agilizar el ritmo, el montaje en paralelo, los poemas cantados, etc.
Como aspectos discutibles o menos logrados habría que señalar el carácter farsesco, pretendidamente distanciador, bastante artificioso, de personajes secundarios como alguaciles o criados; la dimensión estereotipada de los malvados y su castigo final; así como la escasa correspondencia entre las tesis vehiculadas por el soneto inicial y final y el sólido desenlace feliz de la trama.
Mucho ruido y pocas nueces sitúa la obra shakespeariana en un momento intemporal vagamente romántico, aunque la ambientación decimonónica venga cuestionada por elementos modernos como gafas, hamaca, jeans, etc. Otro aspecto a considerar es la dudosa comercialidad del film entre nosotros: el exceso de ingenuidad y lo discursivo de las situaciones, así como la ausencia de una versión original inglesa quizá hagan la copia exhibida ni demasiado atractiva para grandes públicos ni lo suficientemente instructiva para expertos teatrales y lingüísticos.
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