(1) UN POLICÍA Y PICO, de Henry Winkler.

FARSA POLICÍACA
El cínico y solitario agente Nick McKenna acuerda con un niño afroamericano de ocho años, único testigo de un crimen, ser policía por un día. Nos encontramos ante un policíaco algo bufo, un cruce de comedia y thriller, en que hasta los gángsters resultan voluntariamente ridículos.
Lo más sorprendente del film es que, contra todo pronóstico, el niño protagonista se merienda a un fondón e inexpresivo Burt Reynolds, y no llega a ser lo cargante que suelen ser los niños a poco que estén mal dirigidos o que el guión sea pura mermelada. Deducirá el lector que la película es insignificante, y que sólo se salva por el desparpajo del niño, interpretado por Norman D. Golden, algún gag acertado y el aire acondicionado de la sala.
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