(1) COMO AGUA PARA CHOCOLATE, de Alfonso Arau.

FOLLETÍN GASTRONÓMICO
Una gran decepción me ha producido este galardonado film del prestigioso (?) Alfonso Arau, que se podría definir como un “culebrón mexicano de qualité”, un relato en tercera persona con voz en off de la sobrina de la protagonista, con la ayuda de un libro de recetas de cocina, por lo que quizás por primera vez en la historia del cine se unen folletín y gastronomía.
El guión, basado en la novela de Laura Esquivel y escrito por ella misma, abarca un período de 40 años y afecta a un centenar de personajes, un millar de sucesos mágicos y una sentimentalidad desbordada que se ven plasmadas fílmicamente a razón de dos planos por secuencia, pero no con la capacidad expresiva sintética de los grandes maestros del cine sino con la elementalidad e insuficiencia de los mediocres artesanos.
Algunos bonitos encuadres a lo Gabriel Figueroa, la utilización costumbrista de objetos, vestidos y usos populares de la época y, sobre todo, la irrupción de un realismo mágico susceptible de hacer emerger insólitas situaciones en medio de la más prosaica realidad, hacen de Como agua para chocolate, a mi parecer, un film pretencioso pero fallido sobre los dilatados y desgraciados amores de una pareja. Fallido básicamente no por los materiales dramáticos empleados sino por su estilo: imágenes chatas y sin relieve, así como una rutinaria puesta en escena donde la planificación se reduce a servir de mero soporte al recitado de unos diálogos literarios demasiado relamidos. El resultado no es otro que el esquematismo y la superficialidad.
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