(1) JOHNNY PALILLO, de Roberto Benigni.

CONFUSIÓN DE IDENTIDADES
El que esta película se haya convertido en el mayor éxito comercial del año en Italia puede obedecer a varios motivos: 1) el público se identifica fácilmente con el protagonista por su físico corriente y por sus frustraciones cotidianas; 2) el tema que aborda es de cantende actualidad en su país, con la denuncia de la corrupción de jueces y políticos y su relación con la Mafia; y 3) el tipo de humor que se utiliza es simple y accesible, con recursos tan elementales como efectivos.
Y así, el protagonista aparece configurado como una persona dotada de gran humanidad, tímido y despistado pero con una bondad a toda prueba —es chófer de un autobús que transporta a jóvenes afectados por el síndrome de Down— y amigo personal de un minusválido. Y, por otra parte, gracias a su parecido físico, es víctima de un plan para que sustituya a un gángster caído en desgracia —el mencionado Johnny Palillo— por chivato y condenado a muerte por los mafiosos.
El recurso argumental no es nuevo y se basa en el equívoco como método productor de contrastes: el personaje vulgar será asediado por una bella dama; el hombre pacífico despertará temor a su alrededor; el tranquilo ciudadano ignorará que se le toma por un neurótico y violento criminal, etc.
Se trata de una comedia cuyo humor no alcanza el nivel de otros grandes maestros del género pero que garantiza una sesión divertida y relajante.
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